La anemia en personas mayores puede deberse a múltiples causas: deficiencia de hierro, vitamina B12, ácido fólico o enfermedades crónicas. A menudo sus síntomas se confunden con el envejecimiento natural: cansancio, debilidad, mareos o dificultad para concentrarse. Esto retrasa el diagnóstico y tratamiento adecuado.
Una dieta equilibrada que incluya carnes magras, pescados, vegetales de hojas verdes, legumbres y cereales fortificados es esencial. También es importante un control médico regular que incluya análisis de sangre y evaluación de posibles causas subyacentes. En muchos casos, la suplementación y una detección temprana pueden mejorar significativamente la calidad de vida.