Durante el embarazo, el cuerpo necesita más hierro para producir sangre adicional para la madre y el bebé. Si no se cubren estos requerimientos, puede aparecer anemia, lo que aumenta el riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer o fatiga intensa en la madre.
Para prevenirla, se recomienda una dieta rica en hierro (carne roja, hígado, espinaca, lentejas, cereales fortificados) y en ácido fólico, además de consumir vitamina C para mejorar la absorción. En muchos casos, el médico indicará suplementos de hierro. El seguimiento prenatal es vital para controlar los niveles de hemoglobina y actuar a tiempo si es necesario.